El buen cristiano es superior a los demás.
Sobre todo es superior a los malos cristianos.
¿Por qué ellos tienen que perdonar a los que son malos?
Bastante es que ya acusen y pongan de manifiesto las imperfecciones de los demás.
Por eso, los buenos cristianos han decidido cambiar un poquito el Padre Nuestro.
Este cambio dice así:
«Perdona nuestras ofensas aunque nosotros no perdonemos nunca a los que nos han ofendido y, ni siquiera, a quienes no lo han hecho.»