La izquierda y el progresismo se arrogan una superioridad moral que no les corresponde en modo alguno.
Me repugna que se consideren los únicos que tienen derechos a manifestarse, a decir, a opinar.
Me repugna que en la vida democrática que viven no admitan la discrepancia.
Solo el pensamiento único.
Y, por supuesto, me repugna especialmente el pensamiento único.
Parece ser que los gobiernos latinoamericanos van por la misma línea.. .