
Mi lamento personal por el silencio de los pastores —sacerdotes, que son solo simples mercenarios y asalariados.
Vivimos tiempos duros.
Pedimos que nos defiendan.
Los que tenemos todavía un poco de fe,
confiamos en nuestros sacerdotes.
Y sin embargo ¿por qué en vez de defender y predicar la verdad, huyen dando la espalda al enemigo, dejándonos solos?