
Se recoge lo que se siembra.
Si siembras tomates, recoges tomates, no pepinos ni pimientos.
Cosechas tomates.
Cuando votamos, estamos sembrando.
Luego vienen los frutos de lo votado.
A veces la cosecha nos sale amarga.
Pero es lo que sembramos.
En los Evangelios está escrito que el árbol malo nunca da frutos buenos.
¿Tú plantas árboles malos o árboles buenos?