Cristianos fervorosos, sacerdotes, obispos… y a muchos más. ¿Por qué tanto miedo? ¿Por qué tan políticamente correcto que os olvidáis de Cristo?
Si Cristo está contigo ¿a qué o a quién vas a temer?
Día a día veo como la cobardía se disfraza de prudencia y se renuncia a manifestar libremente nuestra fe en Cristo. Lo más penoso es cómo muchos de aquellos que debían ser los primeros en dar testimonio son los primeros en rehuirlo.
Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, diciendo: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
Mat 15:7 y 15:8